Tabaco y Cirugía Estética

Seguramente habrá leído, u oído hablar, de la conveniencia de dejar de fumar antes de una intervención de Cirugía Estética. Esta recomendación no es capricho de los cirujanos plásticos y está fundamentada en razones fisiológicas.

En el cuerpo humano, a cada territorio anatómico le llega sangre a partir de una/s arteria/s determinada/s. En el interior de todas las arterias del organismo existen unos receptores para la nicotina que, cuando detectan esta sustancia en la sangre, producen la contracción de su capa muscular, reduciendo su diámetro y, por lo tanto, la cantidad de sangre que llega a ese territorio anatómico. La llegada de menos sangre a los tejidos explica, por ejemplo, la mayor frecuencia de aparición de infartos de miocardio en varones que fuman y la mayor posibilidad de alteraciones del feto en mujeres embarazadas que no abandonan el tabaco.

La llegada de menos sangre a los tejidos es también la razón de que en pacientes fumadores aparezcan con más frecuencia, por ejemplo, una pérdida de la vitalidad de los tejidos después de una abdominoplastia o de una reducción mamaria. También será la responsable de que aparezcan complicaciones en la cicatrización de las heridas que pueden llevar, incluso, a tener que retirar un implante mamario días después de una mamopastia o mastopexia de aumento porque este se haya expuesto a través de la herida abierta.

Este tipo de complicaciones, derivadas de la disminución de la llegada de sangre a los tejidos, especialmente a la piel, son especialmente frecuentes en aquellas intervenciones quirúrgicas en las que es necesario realizar un amplio despegamiento de los mismos para la obtención del resultado deseado. Esto ocurre en la mamoplastia de reducción, mastopexia, abdominoplastia, estiramiento facial o cervical, etc. Por esta razón es imprescindible que la paciente ABANDONE EL TABACO, COMO MÍNIMO, 1 MES ANTES de estas intervenciones, para que las arterias recuperen su tamaño y los tejidos reciban la cantidad de sangre normal.

No es imprescindible dejar de fumar por completo, aunque sí reducir su consumo al mínimo posible, antes de otras intervenciones donde no es necesario ese amplio despegamiento de los tejidos, como en la rinoplastia, blefaroplastia, otoplastia, mamoplastia de aumento, liposucción, etc. Aunque en estos casos no sea imprescindible dejar de fumar, debemos recordarle que, por los motivos generales de salud que usted sobradamente conoce, siempre es recomendable abandonar el consumo de tabaco. Y, cuanto antes, mejor.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.  Más información
Privacidad