Introducción
Periódicamente aparecen informaciones en los medios de comunicación acerca de intervenciones de Cirugía Estética con malos resultados o, incluso, desenlaces fatales. Debe saber que la Cirugía Estética es, hoy en día, de todas las especialidades quirúrgicas, una de las más seguras.
Esos desastrosos resultados que ocasionalmente aparecen en los medios, y habitualmente dramatizados por ellos, no son el resultado directo de la Cirugía Estética, sino el de intervenciones realizadas por personal no cualificado, o consecuencia de una falta de cuidado o suficiente atención por parte del cirujano o de su equipo. Ese personal no cualificado suelen ser médicos no especialistas, y por tanto sin formación en Cirugía Plástica, que ofrecen sus servicios en circunstancias menos que óptimas y que realizan intervenciones quirúrgicas en centros no homologadas para ese tipo de intervenciones.
La elección de cirujano plástico debe hacerse en base a datos lo más objetivos y fiables posibles. Existen diferentes vías a través de las cuáles una persona que desea someterse a una intervención de Cirugía Estética encuentra a un cirujano. Unas son fiables y otras, no tanto.
Una forma fiable de encontrar a un cirujano cualificado es por medio de alguna persona que haya sido intervenido previamente por él. Otra, a través de algún médico conocido por usted, que pueda recomendarle algún especialista en Cirugía Plástica sobre el que tenga buenas referencias y del que conozca que ha tenido una buena formación y tenga suficiente experiencia.
Sin embargo, debe desconfiar de otras vías, como, por ejemplo, la PUBLICIDAD. Gracias a ella, una clínica o un cirujano determinados pueden conseguir dar una buena imagen al potencial paciente de Cirugía Estética, pero eso no le garantizará en absoluto que se encontrará con un buen profesional detrás. El único objetivo de la publicidad es atraer al paciente, asegurando a menudo un resultado mejor de lo que realmente se puede conseguir y, por lo general, minimizando riesgos y ocultando posibles complicaciones. Si usted desea someterse a una intervención de Cirugía Estética piense que ciertas estrategias de marketing, como la propia publicidad, la imagen de la clínica, e incluso la atención del personal de la consulta o del propio cirujano, pueden conseguirse fácilmente con dinero. Pero las cualidades verdaderamente importantes a la hora de recibir una atención profesional adecuada y de conseguir el resultado deseado por usted, tales como la formación, la experiencia, el juicio clínico, la habilidad manual y, sobre todo, la sinceridad y honestidad del cirujano, no pueden lograrse ni con ningún tipo de estrategia de marketing ni, por supuesto, con dinero. Y serán precisamente esas cualidades las que le llevarán a usted a establecer una relación médico-paciente adecuada con el cirujano y a poner todos los medios para conseguir ese resultado.
En los últimos años han proliferado en nuestro país las clínicas y centros de “Medicina y Cirugía Estética”. Como le decíamos anteriormente, aunque algunas de esas clínicas puedan transmitirle una buena impresión debido a una imagen muy cuidada y a un gran despliegue publicitario, usted no debe fiarse únicamente de esa impresión. Debe saber, incluso, que en algunos de esos centros el paciente es atendido durante la primera consulta por un licenciado en medicina sin título de especialista en Cirugía Plástica y, por tanto, sin la formación mínima suficiente para decidir antes de la intervención la técnica quirúrgica que necesita el paciente para resolver su problema e informarle de las posibles limitaciones que su caso puede presentar. En esos centros, el paciente no conocerá al cirujano plástico, el especialista que realmente le va a intervenir, hasta no llegar al quirófano, y no volverá a verlo una vez finalizada la intervención, haciéndole el seguimiento postoperatorio nuevamente el médico no especialista que lo vio en la primera consulta.
Cualquier médico de cualquier especialidad sabe, porque así nos lo enseñan desde la Facultad de Medicina, que la práctica de la medicina comienza por el establecimiento de una adecuada relación médico-paciente. Esta relación, en el caso de la Cirugía Estética, se establece entre el cirujano plástico y el paciente durante la primera consulta, y dura hasta la última revisión, tiempo después de realizada la intervención. En la mayoría de esos centros, como ya hemos dicho, esto no ocurre así, convirtiendo al paciente en un simple cliente y al acto médico en una relación estrictamente comercial. El objetivo de todo el proceso pasa de ser en estos casos “vamos a hacer una medicina de calidad” a “vamos a operar mucho para ganar lo más posible”.
Si usted está pensando en someterse a una intervención de Cirugía Estética, no olvide que la Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (como la Neurocirugía, la Pediatría o la Cirugía Maxilofacial, por ejemplo) es una especialidad médica, no una actividad empresarial. Si usted acude, por ejemplo, a un ginecólogo para someterse a una intervención, seguramente se extrañaría de que en la primera consulta la viera un licenciado en medicina y de que quien volviera a verla para seguir su evolución después de la intervención fuera ese mismo licenciado en medicina. Y se extrañaría usted de no conocer al ginecólogo hasta no haber llegado al quirófano y de no volver a verlo después. Pues no olvide este ejemplo: en ese aspecto no hay diferencia alguna entre la Ginecología, la Cirugía Plástica o cualquier otra especialidad quirúrgica, la relación cirujano especialista-paciente es la base de todas ellas. Esa forma de trabajar constituye un error fundamental, algo que muchos pacientes no son capaces de percibir, y es la razón de que muchos de esos pacientes se muestren descontentos con su resultado y el origen de muchas de las complicaciones observadas.
Esa forma de trabajar con el paciente forma parte de la frivolización que ha sufrido la Cirugía Estética en los últimos años. Esa frivolización se debe fundamentalmente a tres causas. La primera, a las campañas de publicidad y a ciertos personajes que aparecen en los medios de comunicación, que restan importancia a la intervención de Cirugía Estética, hablando de ella como si se tratara de maquillarse, de cortarse el pelo o de hacerse la manicura y adjudicándole objetivos irreales como un cambio de vida o un medio de alcanzar éxito profesional o social. En segundo lugar, a la mercantilización que de la Cirugía Estética han hecho ciertas clínicas y centros de Medicina y Cirugía Estética, convirtiendo así el acto médico en un actividad puramente comercial. Y en tercer lugar, y lo que resulta más grave para la especialidad en particular y para la medicina en general, al cirujano plástico que colabora con esas empresas y clínicas, olvidando cuál debe ser su función como médico, y que trasgrede los fundamentos de la medicina que le enseñaron en la facultad: una relación médico-paciente que empiece en la consulta, que siga en el quirófano y que termine, nuevamente en la consulta, meses (o años) después de la intervención.
En los últimos años ha aparecido una nueva forma de comunicación y, por tanto, un nuevo medio de hacer publicidad: INTERNET. Como con cualquier tipo de publicidad, también debe tener cuidado con la información que le llega a usted a través de la red. Hoy en día pueden encontrarse páginas webs de clínicas y de cirujanos donde la información que ofrecen al paciente es parcial y se hace con el único objetivo de atraerle como cliente. Usted puede no ser especialista en un campo determinado (en este caso, la Cirugía Estética) pero debería saber diferenciar las páginas webs que proporcionan una información objetiva y seria a la persona que la está leyendo de aquellas otras cuyo único objetivo es venderle un producto resaltando sus ventajas y ocultando sus inconvenientes. Como futuro paciente de Cirugía Estética, usted debe exigir que la información que le den sea lo más objetiva posible para que sea usted quien decida someterse a la intervención y no quien se la está ofreciendo o vendiendo. Si no tiene otra forma más fiable de encontrar a un cirujano plástico, fíjese en esas páginas que le parezcan más serias y decida entre esos cirujanos, desechando aquellas clínicas y cirujanos que le parezcan menos serios y le oculten parte de la información.
También debe tener precaución con la información proveniente de los FOROS de Cirugía Estética existentes en Internet. Debe saber que existen profesionales del sector, incluso cirujanos plásticos, que se hacen pasar por sus propios pacientes, hablando bien de sí mismos con el fin de atraer a pacientes confiados que acuden a esos foros buscando información objetiva y la experiencia de otros pacientes sobre uno u otro cirujano. Para poder confiar en la opinión que expresa alguien en un foro debe asegurarse de que proviene de un paciente real y no de otra persona, como un trabajador de la clínica o, incluso, del propio cirujano.
En definitiva, sea usted precavido con la publicidad. Si está buscando a un cirujano plástico para someterse a una intervención de Cirugía Estética tenga presente que la publicidad es la mejor arma, si no la única, que pueden utilizar algunas empresas y cirujanos para compensar la falta de seriedad, de responsabilidad y, en suma, de profesionalidad.
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