Liposucción

La liposucción es la intervención quirúrgica destinada a eliminar la grasa localizada bajo la piel sin la necesidad de realizar grandes incisiones en la piel. Esta eliminación de grasa se consigue introduciendo una cánula (pequeño tubo de acero quirúrgico con unas perforaciones en su extremo) en el tejido graso a través de pequeñas incisiones en la piel y aspirando la grasa subyacente con la ayuda de una máquina de vacío.

La liposucción no es un método de adelgazamiento, así que no puede considerarse el tratamiento sustitutivo de la dieta y ejercicio. Al contrario, se utiliza para eliminar áreas de grasa que no responden a estos métodos de disminución de peso.

La intervención es especialmente útil en aquellas personas que presentan un peso normal, o cercano a la normalidad, con una piel firme y elástica y que presentan acúmulos localizados de grasa. La edad no es un factor decisivo, aunque las personas de mayor edad suelen tener menor elasticidad de piel y puede que la intervención no consiga en ellas tan buenos resultados como en las jóvenes que tienen una piel elástica. Si la piel es fláccida y colgante la liposucción por sí sola no conseguirá un buen resultado, haciéndose necesario un estiramiento de la piel además de la liposucción, es decir una dermolipectomía (ver más adelante). En general, la mayoría de los pacientes que se benefician de una liposucción tiene menos de 40 años. La mayoría de los pacientes mayores de esa edad, y algunos menores con una flaccidez muy grande, necesitará algún grado de estiramiento de piel.

Si la liposucción es de un pequeño volumen de grasa puede realizarse de forma ambulatoria, sin necesidad de ingreso hospitalario. Si el volumen de grasa a eliminar es mayor, o si la liposucción va a realizarse conjuntamente con algún otro procedimiento, puede ser necesaria una corta estancia en el hospital, de unas pocas horas, después de la intervención.

La liposucción suele realizarse bajo anestesia local con sedación y dura de 1 a 3 horas, dependiendo del número de zonas a tratar y del volumen de cada una.

Resultado de la liposucción.

Aunque es posible la aparición de otras complicaciones, que le explicaremos detalladamente en la consulta, la más frecuente es la presencia de irregularidades o depresiones en la piel, especialmente si ésta presenta poca elasticidad.

Después de la intervención el paciente suele experimentar molestias similares a las agujetas que aparecen después de un ejercicio físico intenso, molestias que disminuirán con un analgésico habitual. El paciente saldrá del quirófano con una prenda elástica, que deberá llevar durante un mes, con el fin de ejercer presión sobre la zona tratada y ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno.

Dependiendo de la cantidad de zonas tratadas, y de si es necesario esfuerzo físico para realizarlo, el paciente podrá regresar a su trabajo habitual de 3 a 7 días después de la intervención. Los puntos se retirarán de una semana a diez días después de la misma. La mejoría no suele ser visible hasta pasadas aproximadamente seis semanas de la operación, una vez que la inflamación haya disminuído lo suficiente. Sin embargo, puede quedar algo de inflamación residual durante seis meses o más y no será hasta entonces que se compruebe el resultado definitivo.

La grasa eliminada no volverá a aparecer, lo que no quiere decir que el paciente no pueda volver a engordar, pero lo hará de forma armónica sin presentar aquellos acúmulos previos a la intervención. Por eso es importante que el paciente lleve una dieta equilibrada y realice ejercicio físico de forma habitual después de la intervención.